Tuesday, March 17, 2009

Tomar las riendas

En todos los órdenes de la vida existe una dependencia natural desde que nacemos por la obvia incapacidad que la misma edad determina, pero se supone que a medida que el tiempo transcurre y crecemos, vamos adquiriendo experiencia y las personas se vuelven menos dependientes, con mas autonomía y capacidad de decisión.


Una vez que se tiene la capacidad de discernimiento y para tomar decisiones con responsabilidad, estaremos hablando de madurez.


Si nos referimos a las empresas, estas son concebidas como un mero sueño al principio, luego un proyecto, después se instrumentan en la práctica, se consolidan si planearon debidamente, si conocieron su mercado y previeron los cambios que el futuro depara. Son como un nuevo ser que nace, necesita de apoyos indispensables para sobrevivir y ya en marcha, se vuelven autosuficientes y es hasta entonces que en la misma forma que los seres humanos, se vuelven además, positivos para la comunidad.


La similitud que trato de hacer y no se si lo he logrado, es comparar a un niño con una empresa… el niño necesita del sustento, del apoyo, del cuidado, la protección de los padres. Las empresas necesitan no solo de un entorno socioeconómico y legal adecuado para crecer, para expandirse, para crear empleos, para posibilitar derrama económica… necesita y es básico el apoyo, el cuidado, la protección y la atención de los gobiernos en las 3 esferas: municipal, estatal y federal. Y he aquí el problema medular que afecta en nuestro país para la creación y sobrevivencia de empresas innovadoras o incluso para el fortalecimiento de las empresas tradicionales sin que esto implique pedir todo a “papá Gobierno”, que no es el caso, si es indispensable y fundamental que las entidades gubernamentales como promotores del bien común y directos obligados para mantener la paz social que deriva de una buena distribución de la riqueza y el empleo se obliguen a ser auténticos rectores de la economía nacional.


Entendiendo la rectoría económica del estado como la coadyuvancia para que los particulares, los emprendedores, los innovadores y los inversionistas encuentren en este país un ambiente propicio para el florecimiento de las empresas, resulta básico una legislación, reglamentos de ágil aplicación en materia de trámites para la apertura de nuevas empresas. Hoy día, uno de los disuasores que inhiben la inversión y la apertura de nuevas empresas es la farragosa o complicada tramitología en los 3 niveles de gobierno que las ahuyenta.


A lo anterior debemos agregar que un elemento básico para la implementación de políticas públicas que permitan la apertura de nuevos comercios, industrias y empresas de servicio es el crédito ágil, oportuno y con tasas razonables y para ello no se pueden dejar a las leyes del mercado que los bancos definan, restrinjan y canalicen el 85% de los recursos del ahorro nacional solamente a 300 grandes empresarios del país.


Al propio tiempo, el estado mexicano como rector de la economía, no puede seguir postergando una real e integral reforma fiscal, ya que hoy día, la acumulación de impuestos difíciles de pagar por la gran confusión que han provocado, determinan que no solamente los empresarios mexicanos vean dificultadas sus perspectivas para el pago de los impuestos, sino que también ahuyentan a muchas empresas extranjeras que podrían asociarse con mexicanos conocedores del medio y por ende, magníficos socios.


Es por ello, que debemos insistir en todos los foros y medios que es obligación del estado mexicano propiciar un ambiente adecuado para la apertura de nuevas empresas y el fortalecimiento de las ya existentes.


* Adriana Eguia tiene una maestría en administración de empresas / alta dirección por CETYS Universidad y es Directora de Endeavor CETYS Baja California

Correo electrónico: aeguia@cetys.mx / http://nanieguia.blogspot.com

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